El Gobierno español ampara con mentiras a las multinacionales de la agroindustria

El Movimiento por un Aragón sin transgénicos y hacia la soberanía alimentaria desmiente las falacias sobre el maiz transgénico expresadas por el Ministro de Medio Ambiente y denuncia que el Gobierno español ampara con mentiras a las multinacionales de la agroindustria.

Mientras en medio mundo los experimentos transgénicos y los cultivos peligrosos se están arrinconando mediante leyes que impiden su desarrollo, en el estado español continua la vía libre para la contaminación, al dictado de la agroindustria y los intereses de las multinacionales.

El movimiento por un Aragón sin transgénicos y hacia la Soberanía Alimentaria, que aglutina a cientos de personas y a más de 70 organizaciones aragonesas (colectivos culturales, sociales, agrícolas y ecologistas, partidos, sindicatos, cooperativas y scouts, entre otras) queremos desmentir las falacias vertidas esta semana por los actuales responsables en el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente del Gobierno español.

A estas alturas, nadie duda de las conexiones directas entre gobernantes de partidos como el PP, especialmente, pero también del PSOE y el PAR, con los “lobbies” de la agroindustria y los transgénicos. Comparten lucrativos intereses gobernantes y multinacionales, que ven en los insecticidas, los transgénicos y el acaparamiento de tierras, entre otras prácticas impuestas, proyectos para seguir enriqueciéndose a costa de la gente y de la naturaleza.

Esta semana han llegado a afirmar, en una respuesta al Congreso, que “el maíz transgénico de Monsanto vetado en Francia es más respetuoso con el medio ambiente que el convencional”. El mundo al revés. Parece que todo vale en la política de mercados, que ha acabado con la democracia real y nos ha sometido a los intereses de unos pocos. Los mismos que nos han llevado a este atolladero.

Detrás de semejantes afirmaciones van los hechos. El ministerio comandado por Miguel Arias Cañete prepara un nuevo decreto hacia la coexistencia de los transgénicos y los cultivos tradicionales, algo que ya intentó el PSOE y no logró por la oposición social y las alianzas entre agricultores y ecologistas.

El movimiento por un Aragón sin transgénicos y hacia la Soberanía Alimentaria insiste, como prueban cientos de informes científicos y estudios de diversas entidades, que la coexistencia entre cultivos transgénicos y tradicionales no es posible.

El Ministerio ha llegado a afirmar que durante 15 años de transgénicos “no se han producido incidentes de ningún tipo”, una argumentación que no se sostiene ante los numerosos casos de contaminación de campos ecológicos por culpa de la proliferación descontrolada de cultivos transgénicos. Lo que sí podemos asegurar es que el Gobierno español y sus sucursales autonómicas desconocen y no garantizan las recomendaciones de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, que marca medidas para evitar contaminaciones y avisa de las resistencias a las toxinas que genera el maíz transgénico y que conlleva el uso de insecticidas cada vez más peligrosos y contaminantes.

Con estas argumentaciones infundadas y fácilmente rebatibles, el Gobierno español está dando la espalda a la ciudadanía, que rechaza mayoritariamente la proliferación de transgénicos (como indican todas las encuestas) y elimina la libertad de elección de los campesinos, al negar la peligrosidad que suponen estos cultivos.

Desde el movimiento por un Aragón sin transgénicos y hacia la Soberanía Alimentaria apostamos por una agricultura respetuosa de verdad con el medio ambiente, la agricultura ecológica, los buenos usos agrícolas en el campo (rotación de cultivos, fertilización de la tierra por medios naturales, buenos usos del agua,…), así como por un consumo responsable desde circuitos cortos de comercialización, que nos inviten a comer alimentos cercanos, de temporada, sanos y sabrosos, sin venenos ni transgénicos.

Mientras sigamos gobernados por políticos sometidos a los dictados neoliberales de las multinacionales, seguiremos siendo el territorio europeo con más superficie cultivada de transgénicos.

Aún estamos a tiempo del cambio que queremos, hacia la agroecología y la Soberanía Alimentaria, por un mundo rural vivo.

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